Nadie duda de los beneficios del tratamiento estético, en términos psicológicos y sociales, pero hay prácticas que, si bien pueden causar una sensación de felicidad en quienes se las aplican, pueden ser perjudiciales para la salud.
Por supuesto que nadie va a pasar inadvertido si se separa los incisivos, se incrusta protectores dentales de oro con incrustaciones de piedras preciosas, se instalan piercing o se afilan desgastan los dientes para parecer vampiro.
Pero esas tendencias actuales, pueden ser perjudiciales para la masticación, afectar la salud de las encías y de los propios dientes, cuando no le están abriendo una puerta a la formación de caries y reproducción de bacterias.
Entre las “tendencias beauty”, perjudiciales, pero cada vez más comunes, están:
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Pasillo interdental: Se trata de dejar espacio entre los dientes. Se logra mediante las tradicionales técnicas utilizadas en la odontología para corregir la posición de los dientes, pero a la inversa. Para lograrlo, se suele utilizar la técnica del limado, para reducir el ancho de los dientes. También se le conoce como diastema y no es recomendable, por dos razones principales: disminuye la capacidad de mordida y beneficia la acumulación de bacterias, que los huesos de la mandíbula se vean seriamente afectados y generar problemas en el oído.
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Grillz: Son protectores bucales con incrustaciones de diamantes y oro. Van fijados a los dientes y si se usa una funda estándar, sin las medidas correctas, pueden forzar la posición de los dientes y causar problemas en las mandíbulas. Aunque no son recomendables, no existirá mayor problema si los instala un odontólogo especializado.
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Colmillos de vampiro: Tendencia que consiste en dar a los colmillos la apariencia de los colmillos de vampiro. Se logran por medio de carillas dentales o mediante la técnica de limado y ortodoncia.
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Yaeva: Lo que se busca es la alteración de los dientes, pero hacia una mala posición. Consiste en torcer los dientes, para que el rostro muestre un aspecto más infantil. Como los pasillos dentales o diastemas, puede causar enfermedades bucodentales dificultar la limpieza de los dientes.
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Piercings orales: Si no se mantiene una higiene adecuada, pueden causar infecciones. También pueden afectar la masticación y la deglución de los alimentos, ocasionar daños en las encías. El golpeteo de los piercings también puede desgastar el esmalte dental o causar pequeñas roturas en la cavidad pulpar, daños causantes de dolores muy severos.
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Blancorexia: Obsesión por tener los dientes de color blanco, para lo cual se recurre a los más diversos tratamientos que pueden dañar el esmalte, la pulpa, erosionar las mucosas de la boca y hasta provocar abrasiones en las encías.
Nadie pone en entredicho la natural búsqueda de la estética, pero no parece tener sentido que se logre a costa de riesgos para el bienestar y la salud. Lo ideal es tener una dentadura sana, correctamente alineada, que, además de bonita, permita una masticación y una adecuada limpieza.
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